Quiero hablar de un tema sobre el que tal vez no habéis pensado:
Los medicamentos tradicionales
y
los medicamentos provenientes de las plantas
(fitoterapia).
(fitoterapia).
Los medicamentos tradicionales cuando llegan a la naturaleza, ya sea porque los hemos consumido o porque los hemos tenido que tirar al haber caducado, la ensucian, es decir, son productos poco ecológicos. Hay bastantes adultos que toman tisanas (también llamadas infusiones) de plantas para aliviar molestias leves (un costipado, un dolor de tripa...), pero los niños suelen ser reacios a las infusiones, pues tienen un sabor poco habitual. También existen pastillas fabricadas con extractos de plantas, pero no tienen la ventaja de ser baratas, como las infusiones.
Las infusiones se preparan con una pequeña cantidad de planta (a veces, las hojas, a veces, las flores o las raíces, dependiendo de la planta y de la enfermedad que se quiera aliviar) y echándole agua hirviendo encima (ojo: sin hervir el conjunto). Se deja reposar la planta con el agua caliente unos 3-5 minutos; pasados esos minutos, se cuelan los restos de la planta y se toma. Podemos endularlas con con azúcar o miel y hacerlas más agradables con unas gotas de limón, si nos gusta.
El té y el café son las infusiones más conocidas. Ambas son estimulantes del sistema nervioso, por lo que no se debe abusar de ninguna de ellas, ya que dificultan el sueño.
Es cierto que la medicina moderna, la que he llamado "tradicional" más arriba, cura muchas enfermedades que la fitoterapia no puede, como el cáncer, pero también lo es que la mayoría de las molestias de salud que tenemos habitualmente pueden ser tratadas con fitoterapia. Es decir, creo que ambos tipos de medicamentos son complementarios.
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