Sorprendentemente hoy, el día de la Tierra, no voy a hablar de ella sino de los que la habitan en ella, nosotros.
No nos damos cuenta pero nuestra libertad individual ha sido relegada en personas como nosotros, que ahora tienen más poder y se creen con derecho de obrar con el consentimiento de una mayoría.
¡Qué bonito sería el mundo si usted pudiese hacer lo que quisiera! Pero por desgracia, ya no tiene decisión, ésta ha sido relegada a los líderes.
Todos somos muy parecidos, hasta un punto que asusta. Usted puede trazar la vida de alguien normal y muchas personas la identificarían como suya.
Por ejemplo, la vida de un macho humano actual es más o menos ésta: De pequeño es un poco gamberro y agrede a sus compañeros, es bastante egoísta y creído. Cuando ya es más mayor se hace el rebelde y no es muy bueno en los estudios, y después acaba trabajando montones de horas con un trabajo que no le gusta especialmente.
Si revisas la vida de tus conocidos quizás veas similitud con ésta. A grandes rasgos, esto es lo que le pasa a un hombre durante su vida, la mayor parte de veces.
Todos tienen posturas políticamente correctas. Es increíble como la sociedad ha adoptado unas opiniones que son consideradas socialmente correctas y otras que no. Como se ha tapado la voz del individuo para sustituirlo por una frase de manual.
El capitalismo nos ha traído muchas cosas aparte de riqueza (en algunos casos). El capitalismo nos ha hecho querer producir más, competir más, ir más rápido, tener más. Eso en nuestra vida cotidiana se traduce en: estrés, mal humor, conflictos de dinero, fatigas, etc. Antes no se hablaba de estrés y ahora no hay tanta gente que no lo padezca aunque sea mínimamente.
En las cosas más diminutas e intrascendentales demostramos ser lo que somos, seres con mal humor, injustos, egoístas y violentos.
Cambiemos eso.