¡Vivan las iniciativas humanitarias! Sin militares ni políticos de dudosa confianza de por medio, uno puede ayudar a los que lo necesitan.
Y es que ya hace tiempo que salieron a la venta estas pastillas, que son una especie de caramelos, en las farmacias. Tuvieron una buena idea. Todos ganan, uno tiene cura y el otro un caramelo.
Por eso apoyo esta iniciativa. No sólo por el mero hecho de que es humanitaria de ayuda, sino porque ha habido alguien que ha pensado un rato en qué estrategia usar para desenganchar a los ciudadanos de esta "utopía" occidental de sus pantallas. Y la verdad, si no lo han conseguido no ha sido por su culpa.
¡Todo mi apoyo a MSF y a esta campaña!